Algunos términos de Internet: El diccionario de la nueva era

07/09/2020

Internet es un mundo gigante y parte de nuestro ya conocido mundo cotidiano. En este espacio digital hay normas y reglas de convivencia, algunas implícitas y otras que se han ido promoviendo, que muchos de nosotros aún desconocemos. Como todo lo nuevo, muchas veces genera miedo e incertidumbre, pero es importante acercarse y aprender para poder lograr un aprendizaje significativo, que es aquel que nos cambia para siempre.

NETIQUETA es un término que designa a un grupo de normas o pautas de comportamiento que se deberían cumplir al interactuar en foros, chats, blogs, juegos online, redes sociales y correos electrónicos. Estas reglas y normas no son impuestas; es la voluntad y responsabilidad de todos/as los/as que usamos internet para buscar una sana convivencia en la red, y, como en el mundo físico, considerar que, por ejemplo, se debe saludar, despedirse y agradecer cuando corresponda.

Hay muchos canales en redes sociales o sitios de juegos que tienen “sus propias normas” de interacción. Es algo así como que se “reservan el derecho de permanencia”. Aunque las generaciones jóvenes suelen incorporar sus propias adaptaciones del lenguaje coloquial, es importante recordar la vigencia del uso de una correcta ortografía para ser entendidos claramente, en los ámbitos formales. Más aún, recordar que, si algo nos molestó, no hace falta agredir. Nunca tiene buenos resultados la impulsividad, estaría bueno poder calmarse antes de contestar.

Es importante también prestar atención a nuestra privacidad y respetar la privacidad de los demás. Esto consiste en no publicar, compartir ni etiquetar información de otras personas (que no tienen un rol público) sin su consentimiento. Es útil saber que siempre se pueden denunciar o reportar cuentas a los administradores de la plataforma, sólo cuando existan elementos convincentes que lo justifiquen.

A continuación, compartimos algunas normas de netiqueta para considerar:

● Escribir en mayúsculas se interpreta como gritos.

● Aprovechar los emojis para expresar sentimientos, pero sin abusar de ellos ya que es agotador recibirlos en demasía.

● Dirigirse a los demás con respeto.

● Tratar a las otras personas como nos gustaría que nos trataran; da igual si estamos a través de una pantalla.

Prestando atención a estas normas tan simples y tan posibles de implementar, la red será un sitio mejor. Un aspecto a tener en cuenta para que sea más fácil ponerlas en práctica, consiste en pensar antes de publicar y aprender a tener paciencia. Paciencia para poder reflexionar un poco antes de postear y para esperar a que nos contesten, pues no todos están igual de pendientes de los mensajes recibidos.

Muchos/as especialistas creen que la formación para la ciudadanía digital debería ser materia obligatoria en las escuelas, algo que apoyamos desde Argentina Cibersegura y trabajamos para poder lograrlo. De hecho, en nuestro país se están empezando a dar pasos en ese sentido. Mientras tanto, son los padres quienes deben hacerse responsables del aprendizaje tanto de normas como de cuidados, de derechos y obligaciones. Los niños, niñas y adolescentes son cada vez más autónomos en internet, así que deberán, con frecuencia, hacer uso de las herramientas que disponen para tomar buenas decisiones. Se nos ocurre pensar en la analogía de estos chicos/as que pasan horas en la red sin supervisión, si son niños/as a los cuales sus padres los dejarían estar solos/as en las calles de su barrio a edades tempranas, durante la misma cantidad de horas.

A los vínculos hay que cuidarlos siempre, ya sea en el mundo físico como en el mundo digital. Es deseable para la convivencia, aprender a priorizar actitudes y valores positivos, cualquiera sea el medio por el cual nos comuniquemos, así como ser responsables de quienes somos, qué hacemos, qué generamos y a quiénes involucramos. A pesar de la sensación de anonimato y de ajenidad que genera la pantalla, por no estar cara a cara y evitar las miradas condenatorias del entorno, se puede causar mucho daño. Es bien sabido que, frente a nuestros hijos e hijas, importa aquello que hagamos por sobre lo que decimos. Para poder acompañarlos debemos estar disponibles, incomodarnos a veces y aprender acerca de todas las aplicaciones que usan. Será una gran inversión ese tiempo de alfabetizarnos.


En este camino de aprender acerca de internet, encontramos nuevas definiciones de prácticas que se fueron creando con el uso, por ejemplo:

CRINGE: sucede cuando alguien o algo da vergüenza ajena. Incomodarse por algo que otro hace. Más allá de la vergüenza, podemos ser empáticos/as y no agresivos/as con el protagonista. Esta situación nos invita a pensar si, en el hacer cosas de manera automática, no estuvimos en ese lugar alguna vez, nosotros también.
PHUBBING: se refiere al ninguneo. Es el acto de ignorar y menospreciar al propio entorno, cuando en el ámbito físico una persona no puede conectarse con sus amistades, pareja, familia porque no puede soltar la tecnología móvil. Si bien el término hace alusión al uso del teléfono celular, en realidad se aplica a cualquier dispositivo de comunicación que nos absorba toda la atención. Es increíble la ansiedad que se genera, la poca capacidad de conectar con el otro, de charlar, de mirarse a los ojos y captar la emocionalidad del momento. Esta manera nos impide estar en el aquí y ahora y a quien le sucede no termina estando ni con quién está en el mundo físico, ni con quien conecta a través de internet. Un ejemplo muy usual se observa en las mesas de restaurantes o en festejos de cumpleaños, en donde están sentados niños, adolescentes y adultos y cada uno tiene la mirada puesta en su propia pantalla, pero no interactúan entre sí.
GHOSTING: es el acto de esfumarse de una relación sin dejar rastros. Consiste en bloquear, borrar cuentas, no responder más a mensajes ni llamados. Es una ruptura olímpica sin ningún aviso. Al alejarse, deja por sentado la ruptura. Esta manera cobarde genera en la persona destinataria mucha angustia, dudas e incertidumbre al nunca saber realmente qué pasó.
SHARENTING: se refiere a compartir de manera sistemática imágenes de nuestros hijos y su crecimiento, al igual que sus logros o celebraciones, en redes sociales. Antiguamente, eran los padres y madres orgullosos que llevaban las fotos de sus hijos en la billetera y las mostraban en cada lugar que iban, pero internet genera sobreexposición. Esta práctica se está volviendo muy habitual e interfiere, entre otras cosas, en el derecho al olvido y en la privacidad. Además de vulnerar el derecho a la intimidad, los chicos y chicas pueden o podrán sentirse avergonzados, tristes, ansiosos o preocupados. Una consecuencia indeseada a partir de estas publicaciones es que puedan sufrir bullying o ser molestados. ¿Y si aquello que publicamos, por alguna razón, se vuelve viral? ¿Y si esa información acerca de su persona, contexto y entorno, tomando estado público, pudiera permitir que un extraño se acercara al niño o niña con malas intenciones?

 

Siempre lo que hacemos y publicamos deja una huella digital, casi imposible de borrar, y podría afectarlos en el futuro. Hay mucho aún que podemos hacer para mejorar la convivencia en el mundo digital. Nuestra propuesta, desde Argentina Cibersegura, es interiorizarnos para aprender a navegar de una manera más segura y así poder guiar a los chicos y chicas tal como lo hacemos en el mundo físico.


-Por: Jessica Urfeig (Vocera de Argentina Cibersegura)